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El papel esencial del gas licuado en la transición energética del medio rural

02/11/22

TRANSICION
RURAL
NEUTRALIDAD

En plena definición del nuevo modelo energético, el uso del gas licuado como combustible de transición resulta indispensable para que la población y el tejido empresarial de los entornos rurales no se vean penalizados.

Por un modelo energético integrador

España se ha fijado unos ambiciosos objetivos climáticos para los próximos años. Estos compromisos, alcanzados en el marco de programas e iniciativas supranacionales como la Agenda 2030, hacen que cambiar el paradigma en el modelo energético del país sea un proceso imparable. El Gobierno ha puesto en el centro del nuevo modelo fuentes de energía renovables y limpias de emisiones de partículas contaminantes. Sin embargo, el nuevo modelo debe tener un enfoque integrador que sea capaz de dar respuesta y adaptarse a las diferentes realidades que se viven en el conjunto del país y de Europa.

Las zonas rurales y aquellas que son más inaccesibles o están más alejadas, no disponen del acceso a las energías convencionales o a las energías renovables discontinuas. Esto hace que el proceso de transición energética avance a ritmos diferentes en función de la geografía y que se encarezcan notablemente las fuentes de energías renovable o de gas en el medio rural; o que incluso, directamente, se haga imposible su suministro en determinados casos.  

Según los datos que aporta Liquid Gas Europe, 40 millones de hogares de la UE no están conectados a la red de gas y el 25% de la población de las zonas rurales está en riesgo de pobreza o exclusión social. Asimismo, señala que las zonas rurales, montañosas y remotas constituyen el 83% de la superficie total de la UE y albergan el 31% de la población. En el caso de España, el 85% del territorio corresponde a áreas rurales, en las que habita un 15% de la población

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Neutralidad tecnológica para una transición real

Es importante abordar la transición ecológica de una forma integradora, valorando los diferentes ejes que dominan las particularidades de las poblaciones del medio rural, como la lejanía respecto grandes urbes, el envejecimiento y el ritmo de despoblación o su densidad. Evaluar todos estos factores lleva a una conclusión clara: para que la transición sea real y exitosa para todos, se deberá apostar por un principio de neutralidad tecnológica. Esto conllevaría utilizar de forma independiente distintas tecnologías que supongan un avance eficiente y realista hacia la neutralidad climática. Es aquí donde el gas licuado puede jugar un papel esencial.

Como siempre hemos señalado desde AGL, el uso del gas licuado como combustible de transición resulta indispensable para que la población y el tejido empresarial de los entornos rurales no se vean penalizados por la falta de acceso a energías renovables discontinuas, la falta de eficiencia energética en su instalación y uso y por el alto coste que supone debido a, generalmente, la deficiente red de acceso a las energías convencionales.  

El gas licuado, suministro seguro y de fácil acceso

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El gas licuado es una energía que responde a las dificultades de suministro energético del medio rural y de los territorios más aislados de la infraestructura energética. La capacidad de almacenamiento con la que cuenta el gas licuado y la facilidad de distribución y de transporte hasta el destino final lo convierten en una fuente de suministro segura y de fácil acceso. En este enlace puedes conocer más sobre las oportunidades que ofrece el gas licuado en materia de almacenamiento y distribución.

En lo relativo a descarbonización y progreso en la transición hacia el uso de energías limpias, el gas licuado es uno de los principales aliados para las zonas rurales. Se trata de un suministro que cuenta con bajas emisiones de CO2 respecto a otras fuentes convencionales de energía y con una casi inexistente emisión de hollín, segundo principal responsable del cambio climático a nivel global. Además, en comparación con otros combustibles líquidos y sólidos, también tiene emisiones muy reducidas de NOx y partículas, lo que se traduce en una mejora inmediata de la calidad del aire.