Desde Solgas comentan que muchos de los usuarios valencianos son personas mayores con movilidad reducida, y garantizar el servicio de este combustible de futuro es fundamental. Como cuenta Nuria, en el reparto ponen “todos los medios necesarios para intentar minimizar que ningún cliente pueda sentir esa vulnerabilidad de no poder calentarse o cocinar”.
Es el caso de Pilar, modista y usuaria desde hace más de 40 años de la bombona de butano en Carballino (Ourense). El gas licuado es una energía versátil, con muchas aplicaciones en el hogar, y Pilar la utiliza para calentar el agua de su casa. “Llevo tantos años usando esta energía porque no tenemos acceso al gas ciudad; estamos contentos con el butano”, cuenta.
El gas licuado es una fuente de energía esencial, especialmente para personas en situación de vulnerabilidad económica. Por ello, desde la Asociación Gas Licuado (AGL) proponemos la creación del Bono Social GLP para garantizar una transición energética justa. Con esta medida, valorada muy positivamente por usuarios como Pilar, buscamos complementar los actuales bonos sociales eléctrico y térmico, facilitando así el acceso a una energía asequible para todos.