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El viaje de la bombona de butano: su distribución en lugares de difícil acceso

26/02/25

AGL
BUTANO

En AGL seguimos el recorrido de una bombona, desde su distribución hasta su llegada a los hogares, y analizamos su papel esencial en zonas poco accesibles o situaciones de emergencia.

El gas licuado es una energía de presente y futuro, que representa una alternativa asequible para muchas personas en España. Como energía, uno de sus mayores puntos fuertes es su disponibilidad y fácil transporte, un atributo especialmente importante en zonas periféricas y de difícil acceso.

Así, en la Asociación Gas Licuado (AGL) nos subimos a un camión de reparto y acompañamos a una bombona en su viaje hasta el hogar de Pilar, en Ourense.  

De la planta de almacenamiento a la puerta de tu hogar 

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El gas licuado es una solución energética esencial para muchas personas, especialmente en zonas rurales de difícil acceso donde no cuentan con otra fuente de energía. Nuria Carmona, Jefa de Red Propia en Solgas DG, se encarga de que el gas licuado llegue a todos los municipios de Valencia junto a los repartidores, que se trazan las rutas ajustándose a las necesidades de cada municipio.

Así, garantizan un suministro sostenible, y en muchos casos establecen una relación de cercanía con los vecinos: “Los repartidores son muy familiares para los usuarios”, explica Nuria. Las rutas creadas llevan años adaptándose a los territorios, con unos usuarios que, según explica, “saben cuándo pasan y ya están preparados para recogerla”. 

El gas licuado, esencial para personas vulnerables 

Desde Solgas comentan que muchos de los usuarios valencianos son personas mayores con movilidad reducida, y garantizar el servicio de este combustible de futuro es fundamental. Como cuenta Nuria, en el reparto ponen “todos los medios necesarios para intentar minimizar que ningún cliente pueda sentir esa vulnerabilidad de no poder calentarse o cocinar”.

Es el caso de Pilar, modista y usuaria desde hace más de 40 años de la bombona de butano en Carballino (Ourense). El gas licuado es una energía versátil, con muchas aplicaciones en el hogar, y Pilar la utiliza para calentar el agua de su casa. “Llevo tantos años usando esta energía porque no tenemos acceso al gas ciudad; estamos contentos con el butano”, cuenta.

El gas licuado es una fuente de energía esencial, especialmente para personas en situación de vulnerabilidad económica. Por ello, desde la Asociación Gas Licuado (AGL) proponemos la creación del Bono Social GLP para garantizar una transición energética justa. Con esta medida, valorada muy positivamente por usuarios como Pilar, buscamos complementar los actuales bonos sociales eléctrico y térmico, facilitando así el acceso a una energía asequible para todos. 

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Un suministro confiable para accesos difíciles: el caso de la DANA 

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En situaciones de emergencia, contar con energías como el gas licuado es fundamental. Gracias a su cercanía al cliente, facilidad de transporte y la alta cualificación profesional de los repartidores, permite una rápida activación del servicio para que la población no se quede sin suministro.

En catástrofes como la DANA de Valencia, ocurrida el pasado noviembre, restablecer el servicio de gas licuado fue todo un reto. Como cuenta Nuria, el 80% del territorio que cubren sus servicios de distribución se vio afectado por la DANA. Los trabajadores tuvieron que enfrentar una situación complicada para dar servicio a los hogares afectados: algunos de ellos “se quedaron absolutamente sin nada y no podían ni disponer de una comida caliente ni calefacción”, cuenta a AGL.

“Organizamos rutas de recogida, se doblaron esfuerzos e intentábamos llegar de la manera que podíamos”, añade la responsable de Solgas. Durante esta labor de suministro, nos cuenta, fue clave la organización y colaboración con la administración y los ayuntamientos. 

En definitiva, el gas licuado es una energía especialmente versátil que se adecúa a todo tipo de usos, con un almacenamiento y distribución que permite que aquellas zonas que no cuentan con acceso a otras energías, o que lo han perdido debido a una catástrofe, puedan contar con un suministro energético seguro y asequible.

Este combustible del futuro garantiza una transición energética justa, asegurando que nadie, independientemente de su renta o el lugar en el que resida, se quede atrás en el camino hacia la descarbonización.