¿Qué beneficios tiene el gas licuado?
Los beneficios que tiene el gas licuado para las empresas y la sociedad son cuantiosos.
En primer lugar, su disponibilidad y aprovisionamiento hacen de él una energía única, ya que está ampliamente disponible en lugares donde no existe o es difícil el acceso a la red de gas. Además, al tener esa gran versatilidad y ser adaptable a todo tipo de usos, el gas licuado es perfecto para apoyar al crecimiento económico, así como para dar soporte a distintos sectores, como la agricultura, el turismo o la industria.
También cabe señalar su alta eficiencia, pues el gas licuado permite optimizar el rendimiento de las calderas más modernas e innovadoras, así como de las tecnologías híbridas que operan en distintos sectores de la actualidad.
Su combustión limpia y baja en carbono tiene, además, un impacto directo en la calidad del aire de las poblaciones, dado que sus emisiones de NOx, SOx y otras partículas relacionadas son mínimos, llegando a ser hasta un 95% menores que las liberadas por otras fuentes de energía como la biomasa.
En este sentido, de cara a contribuir con la reducción de los gases de efecto invernadero y en aras de la transición energética del país, el gas licuado nos permite avanzar de manera inmediata por dos razones: por un lado, al ser más eficiente, el consumo de energía es menor; por otro, al emitir menos CO2 que otras energías permite cubrir la demanda energética actual reduciendo las emisiones a la atmósfera.
Además, se trata de una energía de futuro, puesto que la cadena de suministro actual podrá incorporar nuevas soluciones como el biopropano tan pronto como sean demandadas o necesitadas, sin necesidad de construir nuevas infraestructuras o de destinar recursos públicos para ello.
La combinación de todas sus características hace que el gas licuado sea idóneo para el mundo rural, respetando sus particulares y las áreas más aisladas, así como adecuándose a ellas para proporcionar todo el combustible que necesitan.