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Bono Social GLP: la apuesta de AGL por una transición energética que no deje a nadie atrás

18/12/24

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En AGL proponemos la creación del Bono Social GLP para proteger a los más vulnerables y garantizar una transición energética justa. Los gases licuados renovables son una alternativa real y accesible para alcanzar el retador desafío de la descarbonización.

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Con la llegada de diciembre, el frío y los altos costes energéticos afectan especialmente a los hogares vulnerables. Al mismo tiempo, las empresas de gas licuado afrontan pérdidas importantes debido a una regulación de precios desactualizada, en particular, el insuficiente ajuste del término C, clave para la sostenibilidad del sector.  Desde la Asociación Gas Licuado (AGL) creemos que es imprescindible abordar estas dos problemáticas de forma conjunta: proponemos la creación de un Bono Social GLP, complementario al bono social eléctrico y bono social térmico actuales. Porque para muchas familias, afrontar las bajas temperaturas es un verdadero reto económico: según un estudio realizado por 40dB, a ocho de cada diez españoles les preocupa mucho o bastante el gasto que supondría cambiar sus sistemas de calefacción y/o calentador de agua por uno totalmente eléctrico para poder cumplir con las medidas de eficiencia energética.  Además, consideramos que es imprescindible revisar y actualizar el término C, de manera que los precios regulados reflejen los costes reales del sector, incluyendo transporte, distribución y nuevas obligaciones financieras, evitando pérdidas que comprometen la sostenibilidad de las pymes del sector, que son más graves incluso en territorios como Canarias, por su condición de región ultraperiférica. 

Una ayuda para una transición energética justa

Porque estamos convencidos de la importancia de cuidar a las personas más vulnerables durante la transición energética, proponemos la creación de este Bono Social GLP, una ayuda diseñada para una transición justa y al alcance de todos. Además, es especialmente necesario para consumidores de regiones ultraperiféricas, como es el caso del archipiélago canario, donde garantizar el suministro es esencial.

Este bono complementaría las ayudas ya existentes, como el bono social eléctrico y térmico, para garantizar que nadie se quede atrás en el acceso a una energía asequible y suficiente. Así, esta ayuda estaría destinada a los usuarios considerados vulnerables que ya sean beneficiarios de los bonos mencionados anteriormente, o que fueran perceptores de la pensión mínima o el Ingreso Mínimo Vital.

En el caso de los hogares conectados a redes de GLP canalizado, un tipo de suministro fundamental en zonas rurales, urbanizaciones y áreas donde la infraestructura de gas natural no llega, podrían contar con un apoyo similar al bono social térmico. Esta medida, financiada a través de los Presupuestos Generales del Estado, alivia el coste de la factura energética en los hogares más vulnerables, siguiendo criterios similares a los expuestos para GLP envasado y garantizando protección a las familias que más lo necesitan frente a posibles incrementos de precio. Una iniciativa clave para combatir la desigualdad energética en las áreas más aisladas del país. 

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Una energía esencial para millones de hogares

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El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico está trabajando en la redacción de una nueva Estrategia de Pobreza Energética 2025-2030. En AGL estamos seguros de que este bono social GLP podría contribuir a generar hogares sostenibles que produzcan menos emisiones y consuman menos energía, pero de una manera asequible para las familias más vulnerables.

Además, el gas licuado es una energía ampliamente utilizada por los españoles: en concreto, se estima que alrededor de 8 millones de hogares lo utilizan, lo que representa entre el 15% y el 20% de los hogares. Estas personas dependen de los gases licuados para satisfacer sus necesidades energéticas en el hogar, tales como cocinar, calentar agua y calefacción. Por otro lado, soluciones energéticas sostenibles y renovables, como son los gases licuados BioGLP y rDME, se perfilan como la herramienta necesaria para no dejar a nadie atrás en el camino hacia la descarbonización de la sociedad.

Reclamamos, en definitiva, avanzar hacia la descarbonización haciendo un uso eficiente de todas las energías disponibles; entre ellas, el gas licuado, una tecnología de transición que puede incorporarse al conjunto de soluciones a emplear para la reducción de emisiones de CO2. Y, además, hacerlo de manera que se garantice la sostenibilidad del sector. 

Desde la Asociación continuaremos trabajando por una transición energética justa y sostenible, que proteja al consumidor y no deje a nadie atrás, promoviendo medidas clave como el Bono Social GLP. Así, impulsamos el uso de esta energía coste-eficiente, con seguridad de suministro y accesible en cualquier punto del territorio nacional gracias a sus propiedades físicas y a las redes de transporte y distribución existentes.