La Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés: Energy Performance of Buildings Directive), aprobada el 12 de marzo por el Pleno del Parlamento Europeo, marca una nueva forma de proceder en cuanto al consumo energético de los hogares europeos. Se trata de una norma enmarcada en el Pacto Verde Europeo, que forma parte del paquete de medidas con las que se ha propuesto reducir las emisiones de CO2 en un 55% de aquí a 2030 (el llamado Fit For 55), y que busca que los edificios generen menos emisiones y consuman menos energía.
Desde la Asociación Gas Licuado damos la bienvenida a la directiva, para cuya transposición los gobiernos de la Unión Europea tienen un plazo de dos años, que posibilita que se sigan empleando los gases renovables para satisfacer el consumo energético de los hogares europeos. Además, su enfoque de neutralidad tecnológica permitiría a los consumidores elegir entre una amplia gama de soluciones renovables ya disponibles para el proceso de descarbonización. De esta forma, se asegura una transición energética justa, eficaz e inclusiva, también en zonas rurales y ultraperiféricas, teniendo en cuenta la asequibilidad y asegurando el cumplimiento de los objetivos climáticos de forma realista y rentable.
Por otro lado, desde AGL destacamos que la EPBD abre las puertas a que las calderas puedan seguir funcionando en los próximos años con gases renovables, como el BioGLP o el rDME, para cuya introducción no se requiere una gran inversión ni infraestructura. Una decisión con impacto en los hogares más vulnerables: cabe recordar que aquellos que viven en edificios con peores rendimientos suelen ser quienes disponen de menos capital para financiar las mejoras de eficiencia energética, y que muchos de ellos están asentados en áreas rurales, donde un cuarto de la población está en riesgo de exclusión social.