Para ello, el equipo fabricó un prototipo del catalizador desarrollado y se analizó su estructura. Tanto el análisis TEM (de la sección transversal, hecho con un microscopio electrónico de transmisión) como el análisis SAXS (es decir, dispersión de rayos X en ángulo pequeño) confirmaron que el prototipo de catalizador tenía una estructura en la que varios nanómetros de partículas de níquel (Ni) quedaban encapsulados dentro del material poroso.
A esta nueva estructura del catalizador se la ha denominado catalizador Ramune (un tipo de bebida gaseosa japonesa), ya que se asemeja a una botella de este líquido, en la que está fijada una bola de vidrio. Una vez desarrollado, con el nuevo catalizador se procedió a la producción del BioGLP a partir del biogás mediante el reformado en seco (CO2 + CH4 → 2CO + 2H2).
Durante esta segunda parte de la prueba, el catalizador Ramune mantuvo una actividad estable durante más de 100 días, y la cantidad de formación de coque estaba estable por debajo del límite inferior del análisis. De esta manera, se confirmó que el catalizador Ramune tiene una excelente tolerancia a la sinterización y prevención de la formación de coque, certificando que es una vía real de síntesis de BioGLP.
Por último, el grupo de trabajo decidió calcular la cantidad de BioGLP que se podría producir potencialmente, basándose en los resultados de la evaluación de laboratorio con el catalizador en desarrollo. ¿El resultado? Se asume que, si la cantidad de BioGLP obtenida del estiércol de un ganado es de 86 kg/año, la reducción de CO2 del BioGLP es de aproximadamente 260 kg/año a partir de un bovino.